Después de muchos años de experiencia como actriz, me doy cuenta de que nadie puede decirle a uno cómo actuar.
Cada uno de quienes amamos esta profesión de actor, debe iniciar un camino de búsqueda interna, experimentar diferentes técnicas e incorporar aquellos elementos que nos sean útiles según las características de nuestra personalidad, según nuestra historia, nuestra individualidad.
Es un viaje maravilloso. Pero no siempre placentero. Hay momentos divertidos, otros más angustiantes, hay momentos muy entretenidos, y otros muy movilizantes.
Porque siempre estamos trabajando con nosotros mismos. Nosotros somos nuestra herramienta de trabajo. Y todo nuestro ser está en juego.
Se necesita un compromiso profundo, una entrega sincera, real, concreta de lo que uno es, al servicio del personaje que se va a encarnar. Nosotros somos el personaje.
No buscar afuera, sino adentro de nosotros la esencia misma de cada personaje.
Las técnicas, y el acompañamiento que yo les brindaré, es tan solo eso: herramientas que cada uno utilizará según le convenga, según necesite, según le sea útil.
Mi objetivo con este taller, es estar cerca, observar el proceso de cada alumno, y ayudarlo a encontrar los recursos para poder intensificar el trabajo del actor en el sentido de la espontaneidad y la sinceridad. De la organicidad.
Por eso la mejor técnica de actuar, reside a mi criterio, en no actuar.
El concepto de “ser”, se impone al concepto de “actuar”.
Les propongo entonces, en este taller, desarrollar una forma de actuación partiendo de uno mismo y conducir las actividades y objetivos, al uso en escena de ese “yo”.
Para ellos activaremos una serie de ejercicios que llamo, casi terapéuticos, trabajo con el cuerpo en conexión directa con el alma.
Trabajo en acción donde la “realidad visceral” reemplaza a los preconceptos de “cómo debería verse, oírse o ser una escena”.
Los espero!!!
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